lunes, 28 de marzo de 2011

Trofeos I: la matanza

Sin comienzo ninguno, empezamos la historia igual que la vida, nacemos en medio de una época, vivimos rodeados de crisis, injusticias y desolación, no hay compasión para los débiles, porque todos débiles son.


Pasando los días, nada cambia, la rutina es la mejor amiga de la monotonía, y pasa otro día, miramos el tiempo con ojos acechantes, cargamos el rifle en unos instantes, sin piedad ni compasión, siempre disparamos al corazón, ¡BANG! otra hora muerta, sin razón no reímos, no lloramos, no sentimos, ni si quiera disfrutamos, pero atentos a vemos venir la siguiente hora, prestos aguantamos el aliento, y ¡BANG! otra hora muerta, somos cazadores de sueños, asesinos de esperanzas, no hay armadura que pare la matanza, una a una van cayendo las horas como en una danza, trofeos de una guerra perdida las llevamos a cuestas, buscando la oportunidad de atrapar y recoger otra hora muerta, la triste la naturaleza, mandan a un hada a avisar a los estúpidos mortales, que su alma dedican a marchitar, ¡no seáis insensatos!nadie os las van a quitar! ¿esas horas son solo vuestras, dejar la masacre ya!, como si el vacío invadiese el aire, los humanos no la quisieron escuchar, interviniendo el hada, en medio se quiso poner y su esfuerzo con una bala se va... la naturaleza llora su muerte, porque a su lado ya no está, ahora las horas chorrean ríos de sangre que a ningún lado van a parar, los humanos ven llegar la noche, a casa todos van, esperando a que llegue el hada, que ya dejó de respirar, inspiración no llama a la puerta, ya nadie llamará, ahora miramos las horas muertas, y nos damos cuenta.... ¡qué triste esta humanidad...!

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