jueves, 24 de marzo de 2011

Cristales

La primera escritura que he hecho este año, ya no podré subir 1 al día, pero si que seguiré subiendo tan rápido como pueda escribir en mis ratos libres, mi manera de escribir se parece a la de siempre, pero todos evolucionamos un poco... aunque sea muy poco : )




Todos los días me levanto pensando en el mismo sueño, miro a través de un cristal y a la vez me veo, como si fuese un espejo; a través del cristal veo un mundo desolado, no hay nadie en la calle todo está normal, como si nada hubiese cambiado, pero inmutable veo pasar el tiempo, todo sigue igual, sigue sin haber nadie, las mismas calles vacías gritan en silencio, como una simple huella del hombre en la Tierra, permanecen inmortales, clamorosas del ruido y del desgastes, poco a poco la luz del día se apaga, y al llegar la noche nada cambia, no hay vida en la Tierra. Levanto la mirada y cojo otro cristal, viendo mi reflejo en él, me veo ansioso, a la misma vez vuelvo a ver un mundo distinto, esta vez  de ruido y gente están llenas las calles, y sin sentido las ves correr, prisas y carreras por todos lados, uno y otro van, una y otra vez, esa gente no respira, apurando el aliento por más rápido querer correr, en medio de la multitud una niña cae, al ir tan rápido no se dio cuenta de que su calzado desatado estaba, pisó sus cordones y en las mismas calles en las que tanta prisa llevaba, ¡fue sepultada!, que horror al ver como la gente la ignoraba, no es problema mío pensaban, uno tras otro la pisaba, sin pausa ni descanso, no es mi problema, no pienso ni mirarla… Volví a cambiar a cambiar de cristal, con esperanza de que algo cambiara, una sonrisa se veía, ¡yo reía!, todos reían y nadie lloraba, todo el mundo era feliz y nadie se quejaba, no existe la tristeza, no sabían lo que era, ¡qué tesoro contemplaba!, pero tenía algo que me inquietaba, no había leyes, no había horarios, trabajaba el que quería, y comía el que podía, pero felizmente la gente cantaba, los enfermos bailaban, y no había nube o sol que les incordiara. Inconforme con el caos de la felicidad y el mal que camuflaba, volví a cambiar de cristal y otro y otro y otro, fui viendo mis caras reflejadas sin parar de cambiar, cosas malas todas tenían, algunas muy brillantes lucían, pero era eso lo que temía, vi la soledad, vi la naturaleza, vi un rey medieval, y me paré a contemplar, un rey con su corona real, que con enormes gemas y oro sentado en un pedestal, pesaba muchísimo y lo sé, porque en mi cabeza estaba, todo el mundo de mi reino me quería, no había batalla que no ganara, actuaba con sabiduría y a mi gente cuidaba y quería, pero todo era insuficiente, el rey no se gustaba, ya no hay guerras, no hay hambre, ni pobreza y la duda le acechaba, mi reino es magnífico pensaba, pues radiante de felicidad reposaba, pero ahora inútil me siento, pues no hay asunto que le reclamara; ¡soy un hombre de acción, y mi sabiduría no está completada!, quiero buscar otras tierras donde necesiten mi ayuda y mi saber se extiende, esa es mi última palabra, los nobles y los plebeyos aplaudían su partida, pues les dio todo cuando nada tenían, al poco de marcharse y un emisario lo emboscó, los campesinos le reclamaban, el reino se vino abajo poco después de que su majestad se marchara, triste el viejo rey, dio media vuelta a su caballo, y a su tierra volvía, aunque no sabía si realmente lo quería, me necesitan y debo marchar, pero vuelvo a un reino en el que encontró la paz, ¡NO HAN APRENDIDO NADA!, un rey no es eterno y pronto me tendré que marchar, su vida sigue adelante, y sus vidas y su descendencia irá detrás, malditos insensatos, dependientes de un viejo vulgar, mi corona no me hace mejor que nadie, puesto que es rey de su castillo mental, y tienen que encontrar su paz, una flor se marchita, un castillo se derrumba, pero el valor y nuestra experiencia en la vida es lo único que nos llevamos a la tumba; llegué al reino todos aplaudían y vitoreaban su llegada, la paz volvía por sí sola y todo volvió a ser como estaba, el rey comprendió que no estaban preparados, y su partida pronto llegaba, no teniendo descendiente que reinara, se encerró en la torre más alta, y a través del cuerno del castillo dijo que esa sería su nueva morada, en mi viaje vendí mi alma para vigilar que la paz del reino por siempre se aguardara, os vigilaré sin ser visto, mi existencia será un misterio para todos, pero yo siempre os cuidare como hasta hoy os aguardaba, la gente con esperanza renovada vivió eternamente en paz y feliz y su paz intocable guardaba, creyendo la mentira que les contó el rey para que tranquilos se quedaran; mientras el rey le entregó su último aliento al guardián de la vida, y suavemente se la llevaba, el rey con gusto se dejó pues la felicidad encontró, y el castillo y la felicidad del pueblo nunca fueron separadas, al quitar el cristal vi como se apagaba, mi reflejo dejé de ver, y feliz y triste estaba, pues entendí una cosa, todos los cristales eran formas de ver la misma vida, y de una en una nunca significaría nada, coloqué  todos en fila frente a mí y el cristal miraba, pero no era yo el que ahora se reflejaba, era la muerte la que fijamente me miraba, entonces todos los cristales rompí y allí ella estaba, yo era la muerte y los cristales eran lo único que no mataba, cada vez que elegía uno, los demás se apagaban, no hacen falta cristales, son solo pruebas a mi mismo, mi paciencia tiene límites, podía ser débil y quedarme en cualquier cristal que me gustara, pero yo soy yo, yo soy la muerte y todos los cristales que la formaban, la vida es dura y te intenta hacer elegir, pero eligiendo dejas una parte d ti atrás y eso es lo último que deseaba, frente a frente miro a la muerte, igual que ella mira la vida, no seré tuyo tan fácilmente, y yo soy el que llevo ventaja, pues tu ya eres mía, mi sombra inanimada.

YO

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